picos cebada

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deus sol invictus

Hace ya unos días lo leí en El Sindicato, rebotado a su vez de Milanesa con papas. No sé muy bien por qué, pero no consigo quitármelo de encima:

Antes de entrar en el desierto
los soldados bebieron largamente el agua de la cisterna.
Hierocles derramó en la tierra
el agua de su cántaro y dijo:
Si hemos de entrar en el desierto,
ya estoy en el desierto.
Si la sed va a abrasarme,
que ya me abrase
.
Ésta es una parábola.
Antes de hundirme en el infierno
los lictores del dios me permitieron que mirara una rosa.
Esa rosa es ahora mi tormento
en el oscuro reino.
A un hombre lo dejó una mujer.
Resolvieron mentir un último encuentro.
El hombre dijo:
Si debo entrar en la soledad
ya estoy solo.
Si la sed va a abrasarme,
que ya me abrase
.
Ésta es otra parábola.
Nadie en la tierra
tiene el valor de ser aquel hombre.


El Desierto, de Borges.